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La Clase 12 del curso “Hacia políticas sociales con perspectivas de derechos animales” profundizó en el análisis del diseño de políticas públicas aplicadas a la fauna urbana. En particular, se puso el foco en los problemas estructurales del modelo de tenencia responsable y su falta de efectividad tras más de 20 años de aplicación en Argentina y otros países de la región.

El encuentro destacó la importancia de repensar las políticas desde un enfoque social, reconociendo que las problemáticas de la fauna urbana no pueden explicarse ni resolverse únicamente con criterios técnicos, sino que deben considerar factores económicos, culturales y de desigualdad social.

El problema de la tenencia responsable

La clase retomó un concepto trabajado en el encuentro anterior: la tenencia responsable surge como reemplazo de las matanzas indiscriminadas, un método históricamente utilizado para controlar poblaciones caninas. Aunque fue un avance frente a la eliminación masiva, la tenencia responsable presenta graves limitaciones:

  1. Definición del problema: parte de la premisa de que el principal conflicto son los animales que deambulan libremente.

  2. Soluciones técnicas: se centra en el registro, el control reproductivo y las multas, pero rara vez promueve campañas universales de castración.

  3. Restricciones sociales: limita las castraciones gratuitas a familias de bajos recursos, exigiendo certificados de pobreza, lo que levanta barreras de acceso.

  4. Contradicciones: no prohíbe criaderos, favoreciendo el mercado de animales antes que la salud pública.

En consecuencia, tras dos décadas, los resultados son escasos: la sobrepoblación canina persiste, los refugios se saturan y la cooperación social es mínima.

Datos reveladores: 20 años de políticas

Se presentó un informe publicado en la revista Enfermedades Infecciosas Emergentes (CONICET) que analizó 70 municipios argentinos. Los números son contundentes:

  • 75% de los municipios tienen una población canina poco controlada o directamente descontrolada.

  • 49% carece de planificación eficiente.

  • Sólo 26% cumple las normas de zoonosis vigentes.

  • 80% tiene presupuesto insuficiente para atender la salud animal.

  • 80% no realiza análisis parasitarios en espacios públicos.

  • 40% no hace campañas de vacunación.

  • Apenas 12,2% de los municipios alcanzan la cobertura de vacunación antirrábica recomendada (80%).

Estos datos evidencian el fracaso del modelo actual, que además de no resolver el problema de fondo, genera desconfianza social y abandono de programas.

Fallas de diseño en la política pública

La crítica central de la clase fue que la tenencia responsable adolece de errores de diseño:

  • Carácter tecnocrático: fue concebida por expertos en salud pública desde un paradigma biologicista, sin abrir el debate a la sociedad civil.

  • Ausencia de evaluación: los programas carecen de indicadores de impacto y no miden el grado de cooperación ciudadana.

  • Verticalismo: se impone una solución uniforme, sin considerar la diversidad de contextos sociales y culturales.

  • Desconfianza social: al privilegiar la lógica del castigo (multas, registros, decomisos), se rompe el vínculo de colaboración entre ciudadanía y Estado.

Ejemplos de implementación deficiente

  • Campañas de vacunación antirrábica: se concentran en pocos días del año (septiembre/octubre), con baja difusión. Muchas vacunas se pierden por falta de planificación.

  • Refugios municipales: funcionan en condiciones precarias, sin cumplir estándares higiénico-sanitarios, generando sufrimiento crónico.

  • Zonas rurales y periféricas: la tenencia responsable resulta inviable, ya que las familias utilizan animales para subsistencia y no pueden afrontar costos de esterilización ni multas.

  • Ciudades intermedias: en municipios como Coronel Suárez, la respuesta sólo aparece ante emergencias (casos de rabia), lo que refleja políticas reactivas y no preventivas.

Multicausalidad del problema

Un aporte central de la clase fue reconocer que los problemas de fauna urbana son multicausales y requieren paquetes de políticas articuladas. Entre los factores que inciden se mencionaron:

  • Contexto socioeconómico: pobreza, exclusión y falta de acceso a servicios.

  • Procesos migratorios: la llegada de población rural a la ciudad traslada prácticas tradicionales de tenencia animal.

  • Inseguridad urbana: en barrios marginales, los perros cumplen un rol de “protección” frente a la ausencia de vigilancia estatal.

  • Factores culturales: distintas cosmovisiones (guaraníes, campesinos, clases medias urbanas) conviven en un mismo territorio, con prácticas divergentes hacia los animales.

Derechos animales y derechos humanos: una misma lucha

La clase subrayó la relación directa entre desigualdades humanas y animales.

  • En contextos de vulnerabilidad, los animales sufren las mismas carencias que las personas: falta de alimento, vivienda precaria, enfermedades sin tratar.

  • Ejemplo: una familia urbana con cinco niños descalzos y perros enfermos no puede ser abordada con la misma lógica que un árbitro que patea a un caniche en un departamento céntrico.

  • Esto obliga a repensar la política pública en clave de derechos sociales, entendiendo que proteger a los animales implica también mejorar las condiciones de vida de las personas.

Hacia un nuevo paradigma

El diagnóstico es claro: insistir con la tenencia responsable sin revisar su diseño es perder otros 20 años. Se propone un cambio de paradigma:

  1. De un enfoque biologicista a uno social: reconocer que los problemas de fauna urbana son también problemas de desigualdad, educación y acceso a servicios.

  2. De la penalización a la cooperación: promover la participación ciudadana en lugar de imponer medidas verticalistas.

  3. De lo tecnocrático a lo inclusivo: abrir el diseño de políticas a ONGs, comunidades locales y especialistas en comportamiento animal.

  4. De soluciones únicas a paquetes integrales: combinar campañas de castración, vacunación, educación y asistencia social según cada contexto.

Conclusiones de la Clase 12

  • La tenencia responsable fue un avance respecto de la matanza indiscriminada, pero hoy resulta insuficiente y contradictoria.

  • Tras 20 años, los indicadores muestran un fracaso estructural: baja cobertura de vacunación, refugios colapsados, sobrepoblación persistente.

  • El problema no son los perros ni “la gente irresponsable”, sino el diseño defectuoso de las políticas.

  • Las soluciones deben reconocer la multicausalidad del fenómeno: pobreza, cultura, migración, inseguridad y desigualdad.

  • Es urgente avanzar hacia un modelo de convivencia responsable, con enfoque de derechos animales y humanos, políticas universales y cooperación social.