Florencio fue encontrado arrastrándose en las calles de Florencio Varela... Viejito, solo e ignorado por todos aquellos que pasaban cerca suyo. Llegó al refugio inválido, pero, como un verdadero milagro, empezó, muy de a poco, a pararse y a caminar. Conocido como unos de los abuelitos cascarrabias del refugio, recorre el Campito recibiendo mimos de todos aquellos que vienen a visitarlo.