Necky fue rescatada por una persona que paseaba a sólo 5 kilómetros del refugio. Él había salido a caminar con su perro cuando, de entre los matorrales, escuchó quejidos. Pensando que era una perra con sus crías y no pudiendo hacer nada ya que su perro no lo dejaba acercarse, decidió ir al día siguiente. Nada podría haberlo preparado para la escena con la que se encontró. Necky, de apenas 1 año, estaba atada con una cadena a un árbol, de pie para no ahorcarse. La cadena estaba completamente incrustada en su cuello y ella estaba casi desvanecida. Necky pasó mucho tiempo aislada hasta que pudo empezar, de a poco, a disfrutar de las visitas y de los mimos. Hoy, vive feliz en un hogar y ha logrado dejar atrás tanto dolor.