La historia de Banfi es una historia digna de ser divulgada, una historia de lucha y de esperanza. Una vez más son ellos quienes nos enseñan y nos demuestran que nunca hay que darse por vencido… Banfi fue encontrado en la estación de trenes de Banfield, de ahí su nombre. Lamentablemente, y como ocurre en muchos casos, fue atropellado por el tren. Éste le cortó dos de sus patas de manera cruzada, es decir, la delantera del lado izquierdo y la trasera del lado derecho. El panorama era desolador, no dejábamos de preguntarnos cómo era que Banfi iba a poder salir adelante… Luego de la operación durante la cual debieron amputarle lo que quedaba de sus patitas, nuestro gladiador llegó al refugio. No tardamos en notar que tenía una vitalidad y unas ganas de caminar increíbles. Entonces, decidimos ayudarlo un poco… Banfi empezó a dar sus primeros pasos con la ayuda de una bolsa de supermercado, a la cual le hicimos dos agujeros en donde él pudiera colocar sus dos patas restantes. ¡Cuánto se puede hacer con tan poco! No fue una tarea fácil. Poco a poco, y con mucha paciencia, fue aprendiendo a mantener el equilibrio y luego comenzó a caminar. El milagro es que Banfi hoy no solo camina, sino que corre, juega y disfruta como cualquier otro perrito, además de ser completamente independiente. Pero su historia no termina ahí… Banfi fue felizmente adoptado por una familia que lo ama, lo respeta y lo cuida como se merece. Nuestro luchador incansable no sólo recuperó las ganas de vivir, sino que además pudimos, a través de la suma de voluntades, devolverle la dignidad que jamás debió haber perdido y cerrar su círculo de rescate, recuperación y adopción.