La historia de Iván es una de las historias de rescate, recuperación y adopción más inspiradoras. Iván fue atropellado por el tren un lunes por la mañana. En el accidente perdió tres de sus patas y sufrió un corte en el cuello. Si bien ya había perdido sus miembros, hubo que amputarle lo que quedaba de sus patitas para remover el tejido necrosado y evitar cualquier posible infección o mayores problemas. La situación era desesperante, no sabíamos qué sucedería. Pero Iván es un verdadero gladiador y la luchó cada segundo. Jamás se rindió… Siempre alegre y vivaz, mirándonos con unos ojos colmados de esperanza. En cuatro meses, mejoró a pasos agigantados, demostrándonos que siempre vale la pena dar una segunda oportunidad y que el amor todo lo puede. Poco a poco, empezó a ir de visita al refugio y pronto encontró una mamá de dos patas que no hace más que adorarlo día y noche, que lo cuida con su propia vida y que daría todo por él. Iván es un ejemplo de vida, de coraje y de lucha digno de imitar. Y no sólo nos ha enseñado que las segundas oportunidades siempre valen la pena, sino también que jamás, bajo ninguna circunstancia y por más duro que parezca, hay que bajar los brazos.